sábado, 11 de abril de 2009

La Feliz: Camino hacia Videla

24 de Marzo de 1976, la Junta Militar toma el poder. Esa democracia que pendía de un hilo concluyó en la etapa más funesta de la historia Argentina. Pasaron más de 30 años para comenzar a cuestionarse lo que sucedió en aquella época. ¿Cómo una ciudad de 600.000 habitantes tuvo el mayor número de centros clandestinos? ¿Qué importancia tenía Mar del Plata para que los militares lleven a cabo tamaña represión? Este proceso no fue simple casualidad.

Si bien no se tiene muy en claro el primer eslabón de la cadena, se puede ver claramente que la aparición del CNU en la ciudad fue clave para comprender lo que será una gran ola de violencia que terminaría con el genocidio dictatorial.

La Concentración Nacionalista Universitaria
El CNU “había nacido en la ciudad de La Plata en 1967 bajo inspiración del filólogo tradicionalista Carlos Disandro, docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, con una orientación nacional-falangista, reivindicándose como auténticamente peronista”[1]. Este personaje, desconocido por muchos, fue “delegado de Perón en los ‘60”[2]. Tres años más tarde se instalaría esta nueva agrupación en la ciudad. Es importante mencionar que la mayoría de esos primero integrantes provenían del grupo Tacuara y, especialmente, del núcleo de estudiantes del colegio Peralta Ramos.

El líder de la CNU nunca estuvo claro. Lo cierto es que una vez instalada la agrupación en la universidad privada católica, comenzaron enfrentamientos entre los grupos políticos del momento. A diferencia de otras ciudades, el CNU en Mar del Plata operó con la derecha fascista de la Triple A. Los asesinatos y el apoyo militar, posteriormente, fueron las fuerzas de coalición que se llevaron a más de 24 víctimas.

En este punto es necesario hacer un paréntesis y decir que el proyecto gestado por la dictadura autodeterminada “Revolución libertadora” y aplicada en ley por Arturo Frondizi fue el responsable de la creación de las universidades privadas. El polémico artículo 28 del decreto – ley 6403 habilitó las licencias para crearlas. Desde allí surgió el famoso eslogan “laicas o libres” y se gestaron masivas movilizaciones estudiantiles. Es necesario este hecho clave para entender la polarización del movimiento estudiantil marplatense. Para 1970, La ciudad tuvo dos universidades, la católica cuyo titular era el obispo Eduardo Pironio y la pública que dependía de la provincia.
Este panorama educativo fue un elemento importante para la inserción del CNU y la puja de intereses para establecer el control sobre las carreras, entre las que se destacaba la de Derecho.

El activismo de las facciones armadas de izquierda

Mientras la CNU se instala por la década del 70, el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) se empezó a gestar en la ciudad a partir del IV congreso de ese partido. El sector encabezado por Nahuel Moreno se separó del liderado por Roberto Santucho. El PRT La verdad, correspondiente a la primera facción, fue el sector más popular en Mar del Plata. A tal punto que se convirtió, años más tarde, en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) con unos 200 afiliados.

Durante los primeros años de la década del ’70 se realizaron diferentes acciones manifestándose en contra de la dictadura de Lanusse. Tomas en las facultades, movilizaciones, recurrentes asambleas y acciones armadas. Tanto los Montoneros, las diferentes facciones peronistas de izquierda como el Partido Revolucionario de los Trabajadores harán una militancia muy activa en la ciudad. Tal es así que los comandos “Ramiro Leguizamón” y “José Luis Castrogiovanni” del ERP eran los responsables de hacer las siguientes operaciones: Reparto de los alimentos, útiles escolares, recuperación de armamento, expropiaciones, pintadas, plantadas de banderas, entre otras.

El 23 de Mayo de 1972 el diario La Capital publicó un comunicado que decía: “El ERP te hace entrega de un portafolios con útiles escolares al igual que a tus compañeros por un valor total de 160 mil pesos moneda nacional. Este dinero es parte del que se expropiara al Banco Nacional de Desarrollo, es decir, el dinero que quitamos a los ricos para que vuelva al pueblo; en ropas, zapatos, medicamentos. Esto que te entregamos no lo debes tomar como un regalo, tienes que saber que a tu papá le cuesta mucho comprarte todo lo que necesitas, porque aunque trabaje mucho, su patrón se queda con la mayor parte de lo que produce”.

En el ámbito cultural surgieron dos personajes que se terminarán vinculando con el ERP, el director Gregorio Nachman y el actor Luis Conti. Si bien se negaba la participación orgánica de quién hoy da nombre a una de las salas del Teatro Auditórium, el 19 de junio de 1976 fue secuestrado con ocho militantes más. Torturado y desaparecido, el cuerpo nunca se encontró.
Por otro lado, no se realizaron acciones armadas de relevancia en la ciudad pero si hubo participación de militantes marplatenses en, por ejemplo, la batalla de Monte Chingolo. El 23 de diciembre de 1975, el ERP planeó tomar el Batallón Domingo Viejobueno de esa localidad para nutrirse de arsenal militar.

Después de una larga lucha, la victoria cayó de manos del ejército al recibir los apoyos de Regimiento 3 de La Tablada y el Regimiento 1 de Palermo. Carmen Gloria Sánchez y Francisco Javier Blanco, los marplatenses, cayeron en combate tras recibir dieciocho impactos de bala y veintiséis respectivamente. En el ámbito local, la muerte de Silvia Filler en 1971 abrió un nuevo panorama entre las distintas facciones de la ciudad. “En Mar del Plata, los que comienzan con la violencia directa son los del CNU asesinando a Silvia Filler. El clima de guerra era insoportable. Seis meses después de la muerte de Filler, los heridos son desaparecidos por el ejército, mientras que un movimiento de base peronista mata a Piantoni”[3]. Con la muerte de la estudiante universitaria aumentarán los enfrentamientos.
La Impunidad

6 de diciembre de 1971, un día que cambiará el panorama histórico de la ciudad. Silvia Filler se encontraba en un bar llamado Colombia con unas amigas. Se replanteaba una y otra vez si participaba o no de la asamblea, los padres no querían que vaya. La responsabilidad política y social predominaron en su elección. Minutos más tarde, ella se hace de la partida y la asamblea comienza. Un grupo de participantes se retira porque inician las discusiones políticas. Mientras esto sucedía, desde 25 de Mayo casi San Luis sale un grupo armado de la casa de un miembro de la CNU (cadenas y revólveres), ingresan a la facultad, disparan a mansalva y se van.

“Ella cae, no muerta, pero con un gran derrame cerebral” relata Susana Méndez. Seis meses más tarde “se decide ponerle nombre al aula de la asamblea como Silvia Filler. En el momento en el que estábamos todos, llega la policía y se llevan presos a los heridos de aquél episodio” agrega Susana. Una estudiante sin vinculación política, una militante independiente y comprometida asesinada por la impunidad. La facultad fue tomada por los estudiantes casi por una semana, “había asambleas todos los días y por las noches hacíamos guardia”, la CGT y las diferentes facciones obreras salieron a la calle para protestar por ella, la sociedad conmocionada: “El entierro de ella fue impresionante. Todavía no he visto una marcha, ni siquiera por los derechos humanos, que fueran tantas personas. Eran cuadras y cuadras”[4].
El Asesinato de Piantoni

20 de Marzo de 1975, un Peugeot 504 hace una maniobra brusca, intercepta el camino de un Citroën. Se descarga una ráfaga de disparos. Ernesto Carlos Piantoni de 31 años muere en el acto. Ese mismo día su esposa daba a luz a María Mercedes. Los diarios vincularon directamente a los Montoneros pero surgió otra versión cuando se desarrollaron los Juicios por la Verdad. Sea cual fuere, sin duda fue un acto de ajusticiamiento, Piantoni era un dirigente importante del CNU, muy cercano al comando asesino de Filler. Según las declaraciones del periodista Amilcar Gonzalez: los militantes del CNU en el velatorio de Piantoni juraron “100 por 1”. La violencia no tenía fin.

Conclusión: Más de 30 años después
La historia, según los manuales, cae en las fechas y los nombres. Poco se enseña en los colegios sobre los problemas coyunturales nacionales. Y Mar del Plata en los procesos históricos no existe. Según Cesar Román, Vicedirector de la Escuela Técnica Nº2 y ex detenido-desaparecido: “Las únicas escuelas que trabajaron este tema fueron: Mariano Moreno y la Técnica número 3”.
Luego de hacer una gran síntesis sobre el período comprendido entre la dictadura de Lanusse, pasando por Cámpora y concluyendo en el comunicado número 1 del último golpe militar, quedan varios interrogantes en el aire.

¿La historia política Argentina es violenta? Sin dudas que el proceso analizado se vio marcado por una creciente violencia, favorecido por la bipolaridad mundial y el clima esperanzador de la revolución cubana. Lo cierto es que a lo largo de los constantes golpes y la opresión de los derechos durante los terrorismos de estados, el pueblo se cansó. La lucha constante luego del derrocamiento del peronismo fue justificada, movimientos de protesta como el recordado Cordobazo fueron hechos que mostraron la unión del campo popular. Algo ausente por estos tiempos.

Lejos de plantear la teoría de los dos demonios, conjetura facilista que busca tapar una época, es necesario entrar en un debate, la izquierda debe cuestionarse los errores del pasado. ¿Los operativos armados se le escaparon de las manos? ¿Por qué utilizar métodos violentos durante un proceso democrático? Ernesto Guevara exponía en La Guerra de Guerrillas: “Donde un gobierno haya subido al poder por alguna forma de consulta popular, fraudulenta o no, y se mantenga al menos una apariencia de legalidad constitucional, el brote guerrillero es imposible de producir por no haberse agotado las posibilidades de la lucha cívica”.

Otro interrogante es la falta de identidad de Mar del Plata. A lo largo del informe quedaron demostrados los grandes hechos que sucedieron en la ciudad y de los que poco se habla. Los Juicios por la Verdad son intentos de sacar a la luz estos acontecimientos pero el sistema republicano no ha sido democrático por largas etapas. “Mar del Plata era el epicentro de una desviación militarista”[5], la cercanía con Buenos Aires, la gran actividad estudiantil, la creciente participación obrera y una sociedad históricamente conservadora; hicieron posible una mezcla de enfrentamientos y un punto clave para el status cuo dictatorial.

El último cuestionamiento que hay que plantearse es: ¿Cómo hacer memoria? Setentista no es acordarse de los 30.001 muertos – desaparecidos por la dictadura - es recordarlos construyendo la historia y debatiendo estos períodos (como lo harían ellos). Para hacer reminiscencia hay que comprender que la causa es una y las divisiones por intereses políticos no pueden ser superadoras de objetivos.

[1] Delitos de Lesa Humanidad por Carlos Bossi
[2] Entrevista realizada a Carlos Bossi por el autor
[3] Entrevista realizada a Susana Méndez por el autor
[4] Entrevista realizada a Susana Méndez por el autor
[5] Cita extraída del artículo “A vencer o morir en Mar del Plata” Juan Carrá

Diego Malbernat (colaboración Carolina D'Alessandro)

sábado, 7 de marzo de 2009

Armando el rompecabezas: Mar del Plata durante el genocidio

“En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria”, escribió Eduardo Galeano. El 24 de Marzo se cumple otro año más del recuerdo sobre la última dictadura militar. Otro año más de conciencia y lucha popular. Lamentablemente, la modorra de la amnesia obligatoria continúa.

Los juicios por la verdad no son realmente eficientes para juzgar a los genocidas, muchos de los funcionarios que hoy están en el poder judicial fueron partícipes del golpe cívico – militar del 76. Por otro lado, se debió esperar más de veinte años para cambiar el prólogo del Nunca Más. Ese texto escrito por Sábato, plantea la teoría de los dos demonios. Concepto facilista que busca justificar los hechos de lesa humanidad perpetrados por las fuerzas armadas. Bajo ningún punto de vista el terrorismo de estado es comparable con cualquier accionar civil.

En lo que respecta al ámbito comunicacional, los periodistas estamos en deuda con la memoria y con los colegas caídos y perseguidos durante el proceso.

Este informe buscará aportar un granito de arena para seguir construyendo el pasado que se quiso enterrar. Mar del Plata será el eje de la investigación, la ciudad con mayor cantidad de centros de torturas del país a nivel poblacional.

Por los 30.000 desaparecidos, por los más de 91 periodistas asesinados, por los perseguidos, por los que persisten en la construcción de la conciencia, por la memoria y por la justicia trataremos de armar el rompecabezas del proceso militar en la “Feliz”.

A continuación, los primeros dos testimonios:

Victor Venna:

¿Cómo viviste los años 70?
-De lo que me acuerdo es que se comentaba de ciertas desapariciones de distintas personas pero no se sabía exactamente lo que estaba pasando. En ese tiempo estudiaba en el Colegio Industrial y como participaba en el centro de estudiantes, ya que era delegado de mi curso, de golpe comenzaron a aparecer los famosos “Falcon verdes” en la puerta o esquina de mi casa. Para ese entonces tenía entre 16 y 17 años.

¿Qué tipo de actividades realizaban en el centro de estudiantes?
-En el centro de estudiantes había varias agrupaciones políticas: CNU, JUP y UES las cuales, eran integradas por chicos que cursaban quinto año, en ese momento yo estaba en primer año. Las actividades eran por mejoras en la educación, se peleaba por el boleto estudiantil, entre las más destacadas.

¿Cómo viviste el servicio militar?
-Lo hice en la base de Tandil durante 14 meses y justo cuando entré al servicio militar se daba el conflicto del Beagle con Chile. Nos lavaban la cabeza a tal punto que veías un chileno y te lo querías comer.

Mientras estuviste en el servicio militar, ¿tuviste algún tipo de información sobre los centros clandestinos?
-No, nada. Porque esas tareas las realizaban los oficiales. Luego del servicio volví a la vida civil, pero yo sufro la represión antes de entrar allí, mientras estaba en el centro de estudiantes.

¿Cuándo te secuestran?
-No me acuerdo la fecha, sé que fue durante las vacaciones de invierno. Me fueron a buscar a la casa de mis abuelos, me desperté a las seis de la mañana con un fusil en la cara, eran soldados uniformados y había un oficial de marina que era el que manejaba todo. Me pegaron un cachetazo y me tiraron al piso de una camioneta de doble cabina, me encapuchan y me llevan a la base naval; y sé que era la base naval porque se escuchaban las bocinas de los barcos. Después me enteré que en la base aérea había otro centro clandestino. A partir de ese momento empezó mi “pequeño delivery”.

Mientras estabas secuestrado, ¿Pudiste establecer contacto con otros presos o ver la forma de operar de los militares?
-Es increíble cómo se te agudizan los sentidos cuando te falta uno de ellos. Una sola vez pude apenas levantarme la capucha y vi a varias personas que se encontraban en la misma situación que yo: encapuchados y esposados. Durante la mañana y a la noche eran las sesiones de tortura. En uno de los interrogatorios me sacaron de la Base Naval y me llevaron a una casa por el Bosque Alegre, la cual estaba destruida y me mostraban fotos de personas preguntándome si las conocía. La primera vez que me torturaron, me pusieron sobre una mesa de mármol, me colocaron grilletes en los pies y me los empezaron a apretar de tal manera que parecía que me rompían los huesos.

Escuchar los gritos de las mujeres y de los hombres a la mañana y a la noche era terrible, preferías que te peguen un tiro. Son momentos que uno quiere borrar, momentos que cree superados pero en realidad no, vuelven.

Luego de esos 15 días, ¿cómo fue tu liberación?
-Me llevan a Alvarado y Misiones en uno de los Falcon, cuando llegamos me sacan la capucha y me desatan, me dejan en la puerta de un edificio y me piden disculpas porque se habían equivocado.

Carlos Cervera:

Antes de la dictadura, ¿Qué realizabas en la militancia?
-Participé en el centro de estudiantes del Colegio Industrial, que fue durante la dictadura de Onganía. Empecé mi relación con la política, como casi todos en esa época a fines del secundario. Comencé a relacionarme con grupos de militancia barrial y sindical.

Se anuncia el primer comunicado de Videla y… ¿Qué cambia en la ciudad?
-La cuestión comienza a ponerse dura mucho antes, yo no pude darme cuenta de eso porque a mí me meten preso en julio del 75. Uno ya empezaba a vivir la dictadura en democracia, empezó en el 66 y termina en el 73 con el triunfo de Cámpora. En los primeros meses de su mandato se liberaron presos políticos y se produce toda una reivindicación de los derechos populares pero ya en marzo del 74 hay un avance de la derecha peronista.

El 24 de marzo del 76 fue un hito que marcó la historia, pero la represión empieza mucho antes, los primeros desaparecidos fueron en el 75. Se empieza a instilar un clima de terror en los sectores más politizados, con el surgimiento de la triple A.

Cuando te detienen, ¿estabas encerrado en forma clandestina o “legalizado”?
-Fui un preso “legal”, estuve dos días detenido que no figuran en ningún lado, tal es el caso que me detienen el 26 de julio y en todas las actas dice que fui detenido el 28. Fui secuestrado en democracia pero fui torturado en dos dependencias policiales, de modo que estando en democracia no significaba que no hubiese tortura. Ya en octubre del 75 se militarizan las comisarías, luego voy al Hospital de la Unidad 9 de Olmos, ahí estoy tres meses y paso a la Unidad 9 de La Plata, donde se concentraban los presos políticos.

Pronto sufro un traslado transitorio a Mar del Plata a un juzgado federal para hacer declaraciones. Si bien era un preso “legal”, me trasladan encapuchado y en avión. No eras un desaparecido pero la legalidad era relativa. A principios del 79 me trasladan a la cárcel de Caseros, la cual estaba construida con lo último y lo más nuevo en sistema penitenciario, terminó siendo lo peor.

¿Cuánto tiempo estás detenido?
-Cuatro años y unos meses, a mí me liberan a fines de septiembre del 79. Salgo del penal de Caseros, voy para Buenos Aires, y al otro día me van a buscar a la casa de mis padres en Mar del Plata. Ahí es cuando decido exiliarme y salgo por la frontera de Brasil hacia España.
Recién hago mi primer viaje de retorno en el 84 y vuelvo definitivamente en el 90, por una cuestión de trabajo y de incertidumbre.

Hay un desaparecido en democracia y vos participaste en los juicios por la verdad, ¿sufriste alguna amenaza?
-No tanto como para llamarla amenaza no. Lo que sí sabemos es que hay sectores que operaban en la dictadura que siguen estando latentes, lo de López es un caso bien claro, fue una forma de decir: seguimos estando. Acá hubo pocas amenazas, pero en otras partes del país como Buenos Aires, hubo varios casos. Pero si el objetivo fue parar todo, lo importante es que no lo lograron. Lamentablemente el caso de López sigue sin esclarecerse y esa es una deuda de la democracia.

Diego Malbernat / Carolina D'alessandro

martes, 17 de febrero de 2009

Crónicas de un ingreso anunciado

Enero comenzó en Mar del Plata y, con él, se inició la oleada de turistas en la ciudad, el caos, los variados espectáculos, las notas periodísticas sin contenido y la pantomima de algunos funcionarios. Figurita repetida.

Mientras, miles de personas acuden a las playas para disfrutarlas, otras tanta no. No pueden porque están pensando ¿qué comer al otro día y cómo hacer para poder salir de esa situación de pobreza? Lo que queda de la clase media mira, en muchos casos, para otro lado cuando le hablan de la indigencia.

Nuestras niñas o niños nacen en una situación de desolación y de desesperanza total. Un ambiente en donde los juguetes no existen y son reemplazados por las cucarachas que abundan en la zona. Los perros sufren de desnutrición y las ratas son los mejores animalitos para correr.

¡Tengo hambre! le dice la nena constantemente a la madre, mientras recorren la ciudad en las changas que pueden conseguir. Hambre, una palabra que predomina por esas zonas, término que todo el mundo dice pero no todos padecieron. Cae la noche, mientras unos disfrutan de la bella luna, otros duermen en el piso mirando el cielo. Y cómo no recordar cuando llega la lluvia, las abuelas se apresuran y abren el paragua, mientras en la otra cara de la ciudad tratan los más pequeños de dormir entre los colchones mojados y el incesante ruido de las goteras.

Así es como viven las personas que el jueves 15 se trasladaron desde sus casillas hasta Friuli y la calle 47 para ingresar a las viviendas del Plan “Dignidad”. Residencias que no tienen puertas, no tienen gas, luz y otros servicios básicos. Casas que el municipio nunca terminó. ¿Qué sucedió ese jueves? ¿Cuál es la situación de las casas? ¿Cómo transcurrieron los días posteriores? Interrogantes que nos hicimos y logramos resolver.

Jueves 15: ¡Welcome!

Todo comenzó ese preciso momento. Ese instante en que los vecinos se decidieron a cambiar su crítica situación. Cansados de esperar respuestas, se levantaron con ganas de darles un futuro a sus hijos. Alrededor de las nueve de la mañana, los habitantes del barrio Pueyrredón se instalaron en las casas casi creadas del Plan Dignidad. Al instante del ingreso, la Policía acudió al lugar a la espera de la orden de desalojo.

La resistencia de esas personas, el apoyo de los integrantes del Centro Cultural América Libre, Frente Antirepresivo y otros jóvenes que se acercaron al lugar detuvieron el abandono. Mientras estos hechos de tensión sucedían, el abogado de “los sin techo” utilizó el recurso de amparo para trasladar la causa al juez de garantías Juan Tapia y, de esta manera, demorar la expulsión al menos por un día. A pesar que la orden de desalojo nunca llegó, las fuerzas de seguridad se mantuvieron en el lugar. Se aisló la zona e impidió el ingreso de personas y de víveres.

La tensión aumentó cuando un chico intentó lanzar un bidón de agua hacia el sector de las casas; en ese momento, agentes de policía, según informaron las personas que se encontraban en el lugar, lo empujaron y zamarrearon impidiendo que entregue el bidón. Así transcurrió el primer día, caldeado pero con esperanzas…

Viernes 16: La decisión del juez 

El día de la incertidumbre, todo era confuso, las preguntas creaban una nebulosa: ¿qué va a suceder? Sí la orden de desalojo llegaba, la situación se convertiría en un caos y la violencia se haría de la partida. Sí el juez definía por terminar con el aislacionismo policial, los vecinos harían del sueño de tener una vivienda digna, una realidad.

El sol comenzaba a esconderse y las palabras del juez se hicieron escuchar en el predio: La orden de desalojo era nula, el proceso legal para que sus casas sean definitivamente suyas continuaba y la policía abandonó la zona. Entre abrazos y llantos se respiraba la primera victoria.

Semana siguiente: La construcción del mañana

Miércoles 22: Altos pastizales rodean al barrio en construcción. La atmósfera estaba calma a diferencia del jueves pasado, pero aún sentíamos dentro de las casas, sin aberturas, que el aire de lucha no se había disipado. Sin complicaciones, accedimos a una de estas viviendas precarias para que sus habitantes pudieran esclarecernos la situación en la que se encontraban. Una de las tantas mujeres que se hallaban frente a nosotros tomó la
 iniciativa diciendo: “Nosotros estamos reclamando lo que es nuestro. Vivimos en malas condiciones y queremos lo mejor para nuestros hijos, hay gente que alquila y no tiene en donde vivir. Estaba abandonado, por eso lo tomamos, para habitarlo y arreglarlo.” Las
 declaraciones continuaban entre mate y mate, y a medida que los minutos pasaban no hacía falta escucharlas, sus rostros expresaban sufrimiento e indignación.

“Ya estamos cansados los que estamos acá, pero hace más de un año que nos tienen dando vueltas, diciéndonos que las viviendas que hay son para los de la Villa de Paso. Ya hay más de 70 casas terminadas y no las
 quieren entregar a nadie”. 

A través de los medios, los funcionarios expresaron que las viviendas pertenecían a la ex-Villa de Paso, pero la vecina dijo: “Las personas de allí hablaron con nosotros y no quieren tener ningún problema, es más nos apoyan”. Con el último mate de la ronda les preguntamos qué soluciones les brindaron las autoridades y la bronca volvió a manifestarse: “lo que nos ofrecen es limpiar el arroyo, pero eso lo tienen que hacer todo el año, es su obligación; aunque lo hagan cuando llueve igualmente nos seguimos inundando y no recuperamos nada, porque perdemos las heladeras, los televisores, los colchones, los muebles”.

Las últimas palabras que retumbaron en esas cuatro paredes fueron simples, pero lograron resumir los deseos de esas personas y la actitud que tomarían en los días siguientes: “Acá vamos a seguir firmes, porque lo único que queremos es un barrio donde nuestros hijos puedan vivir bien, tampoco queremos que nos regalen nada, que nos den cuotas para pagar las viviendas”.

Las palabras de la funcionaria:

María del Carmen Viñas, Secretaria de Desarrollo Social, declaró para un medio de Mar del Plata sobre las posibles soluciones que podrían brindarles a los vecinos del barrio General Pueyrredón. Las respuestas se dieron el 15 de enero en el complejo de viviendas del Plan Dignidad ubicado en Friuli y la 47. La funcionaría afirmó: “las casas tienen nombre y apellido de otras familias de Villa Paso que se encuentran en la misma situación que ellos”. En marzo, mes en el cual se produjo la primera toma de las viviendas de Friuli y la 47, pudieron otorgarles una solución a doce familias del barrio General Pueyrredón, quienes eran las más carentes.

Por otro lado, acordaron con el resto que iban a formar parte de un registro permanente de vivienda habitacional, cuando se terminen de construir las 700 casas de este plan. “Nosotros no creemos que la solución a un problema de años sea ocupar casas de otros”. Finalizó la entrevista diciendo: “cuando desalojen las viviendas veremos quienes están dentro del registro para saber a quién le corresponde y a quién no; en el medio podemos trabajar con Plan hábitat para las viviendas que tengan mayores problemas“.

Lo actual: Incertidumbre

En estas semanas se estuvo trabajando en la preparación de la denuncia del caso de la "Asamblea de los Sin Techo", ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En esta denuncia, se peticiona que dicha Comisión tome medidas urgentes en caso de llevarse adelante una orden de desalojo, sin que el Estado les de una garantía de acceder a una vivienda digna.

Uno de los vecinos agregó: “Lo más lógico es quedarnos ahí a esperar una solución. Pero si llegan a firmar un desalojo vamos a dar una buena pelea, por parte de la asamblea.”

Entre los tantos rumores que hicieron circular los funcionarios públicos, uno de ellos fue que los vecinos del barrio General Pueyrredón no se prestaban para la discusión. “En algunos medios, ellos dijeron que nosotros no nos prestábamos para el diálogo, el diálogo estaba, el tema era que nosotros les pedíamos viviendas dignas y ellos nos ofrecían limpiar el arroyo y sacar las ratas”.

Sin embargo, la "Asamblea de los Sin Techo" exigía pruebas concretas sobre la finalización de las obras mediante informes de la situación del Plan Dignidad, de la asignación de partidas, de la licitación y los antecedentes de las empresas constructoras y de la “ONG Trabajar”. El Municipio no presentó las pruebas, ¿desprolijidades? ¿Desinterés? Cualquier respuesta está condicionada por la injustcia. ¿Cómo terminará esto? la fiscal que atiende la causa, Graciela Trill, volvería a presentar una orden de desalojo ante el Juez Tapia, “aunque esta vez contemplaría elementos que garanticen la integridad física de los vecinos. Así, se entiende, la justicia busca un desalojo pacífico” (El Atlántico, 3 de febrero de 2009).

Las casas del pueblo

Muchas son las personas que están trabajando y apoyando. Entre ellos, el Centro Cultural América Libre que realiza actividades para difundir la situación: radio teatro, afiches, obras teatrales, música, colaboraciones y proyecciones de videos. Dos jóvenes de allí nos contaron su colaboración con los "sin techo": “Lo que nosotros fuimos aportando fue la experiencia de haber vivido lo que fue la toma del centro cultural y la manera en que nos fuimos organizando. Trasladar nuestra experiencia de militancia y lucha a estos compañeros que habían tenido un primer intento de toma en marzo del año pasado, que había sido frustrado rápidamente por la falta de organización”.

No sólo ellos se sumaron a esta lucha, "el Frente Antirepresivo" fue una de las organizaciones que desde lo legal aportó muchísimo... la radio De La Azotea, periodistas y compañeros particulares desde sus lugares se movieron generando contactos, datos y relaciones, logrando así armar un bloque bastante grande”. Para finalizar nos adelantaron sus próximas tareas: el miércoles 11 realizarán en el complejo números de circo, teatro y canto para lograr integración y otorgarle acceso a este tipo de actividades a las personas del complejo habitacional. “Es nuestra forma de aportar, de colaborar, de ser solidarios y de apoyar esta lucha que es justa.”

Conclusión: La jugada mediática

La segunda Mar del Plata, la que se trata de ocultar pero resiste y la misma que relegó la Copa Davis, en la inversión de obras públicas y demás, es la ciudad que está a punto de ser desalojada.

Fracasó la mediación y la expulsión de los vecinos parece ser un hecho. Mientras se espera por la orden del fiscal, los medios masivos de comunicación de la ciudad parcializan la información y hasta la manipulan. Hablar de toma de viviendas, de desalojo pacífico, ¿qué desalojo es pacífico? No hablar de la situación de los vecinos, acusarlos de drogadictos u ocultar lo que pasa es no llevar la verdad a la ciudadanía.

¿Cómo se resiste con este panorama? El apoyo de agrupaciones y movimientos culturales son claves para generar la contra información. Los responsables deben dar solución a los problemas que viven las personas del barrio Pueyrredón, pero no con una propuesta que sea parte de sus obligaciones cotidianas: tareas de desratización, desmalezamiento, limpieza del arroyo Las Chacras, materiales de construcción e inscripción. 400.000 dólares se iban a destinar a las viviendas. La construcción comenzó pero nunca se terminó. ¿Dónde está esa plata? Las empresas constructoras son 2: Transervis y ME.

¿Cómo se puede negociar la desesperación de personas que no tienen donde vivir? Sólo los que tienen la panza llena y calentita logran comerciar el futuro de niños. La gente ingresó a las viviendas por desesperación, buscando un futuro mejor para sus hijos. No es una toma, es una solución, no es un desalojo pacífico es un sespojo violento y cruel. Si “hay muchas casas sin gente y mucha gente sin casas” ¿por qué no se las otorgan?